Sin saber que decir, sin poder ofrecer paz en el alma..
entonces pararme y explicarle quizás..
que había que.. que existía la necesidad de..
morder el anzuelo garzo de los límites del espíritu?
O
tal vez.. rehusarse a bajar del pedestal de naipes
que construimos nosotros los humanos
al que llamamos subsistencia?
La miré y de mis labios no salio más que un beso en su delicada frente consternada..
Mirarla a los ojos .. era como si la vida se ensañara en la felicidad ... como si te cobrara cada momento.. cada ápice de felicidad .. descansa..Brevedad
es la palabra más dolorosa
que haya aprendido últimamente...
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